sábado, 27 de octubre de 2012

Historia de la distorsión en los amplificadores

Antes de que existiera un pedal analógico que reprodujera el efecto e incluso antes de que se usara más de un equipo, los músicos solían romper los conos de sus parlantes para que sonara sucio. Hendrix lo hizo (antes del fuzz) y también Jefferson Airplane y Fleetwood Mac en su primera etapa blusera. 

Cuenta la historia que el primer 'fuzz' se utilizó de forma accidental en el año '61 en los estudios Quonset Hut de Nashville. El guitarrista de estudio Grady Martin se disponía a grabar un "solo" con una Danelectro para el tema "Don't Worry" de Marty Robbins cuando un canal de la mesa de grabación a válvulas empezó a distorsionar. Lo normal hubiera sido parar la grabación y reparar la avería de la mesa, pero a alguien le gustó el sonido y se grabó tal cual. El resultado fue el primer solo con 'fuzz' grabado en Nashville. Algo que podía haber quedado en pura anécdota, iba a dar que hablar. Muchos artistas de la época que escucharon aquel "solo" quisieron utilizar el efecto 'mágico' de aquellos afamados estudios. Pero claro, la avería ya estaba reparada. Algunos clientes no se creían la historia que les contaban en el estudio y pensaron que reservaban aquel 'misterioso' efecto para los artistas del propio estudio de grabación. Harto de quejas, el ingeniero del estudio Glen Snotty decidió reproducir aquel sonido con un circuito a transistores. Más tarde, Glen le pasó el circuito a un amigo que trabajaba en Gibson y acabó convirtiéndose en el citado 'Maestro Fuzz-Tone' (Maestro era una subsidiaria de CMI, la propietaria de Gibson en aquella época). 
Robbie Krieger (guitarrista de The Doors), Steve Howe (guitarrista de Yes) o incluso Keith Richards eran usuarios habituales del Maestro Fuzz-Tone. También Billy Gibbons (de ZZ Top) era un fan absoluto de este pedal por aquellos tiempos, hasta el punto de que hizo instalar el circuito de un Maestro Fuzz-Tone en el interior de su Fender Jaguar. 
Muchos guitarristas han reivindicado a lo largo de la historia la utilización por vez primera de una distorsión en alguna de sus grabaciones. Durante los años cincuenta los músicos se vieron obligados a buscar constantemente diferentes trucos para obtener peculiares sonidos. Muchas veces llegaban a ellos por casualidad y otras por un simple accidente fortuito, como la rotura del cono de un altavoz. El guitarrista Roy Buchanan rajaba literalmente sus altavoces para obtener 'fuzz'. Link Wray, creador de clásicos instrumentales de los sesenta como "Comanche" o "Rumble" y uno de los 'gurus' del sonido grunge actual, dejó el altavoz de su amplificador Premier como un queso Gruyere, lleno de agujeros hechos con un simple lápiz. Decía que todo valía con tal de obtener un 'buen' sonido. El guitarrista Paul Burlison descubrió la distorsión de forma accidental. Justo antes de empezar una sesión de estudio, se le cayó el amplificador al suelo y no se dio cuenta de que una de las válvulas de potencia se había aflojado con el golpe, lo justo para no funcionar. Le gustó el sonido distorsionado del amplificador funcionando con una sola válvula y lo utilizó en la grabación de dos de sus temas clásicos de 1956: "Train Kept A-Rollin" y "Honey Hush". 
El guitarrista Reggie Young, una leyenda de los estudios de Nashville y Memphis, quitaba habitualmente una de las válvulas de la etapa de potencia para distorsionar el sonido del amplificador. También utilizaba técnicas como conectar la salida de altavoz de un amplificador a la entrada de otro para hacerlo saturar. Incluso llegó a utilizar un aparato a válvulas hecho en Canadá y llamado 'Herzog' que servía para saturar la entrada de un amplificador de guitarra. Era algo más pequeño que un cabezal Fender y tan ruidoso que tenía que utilizarlo con un pedal de volumen para evitar el ruido hasta el momento de hacerlo sonar. 
Chet Atkins es otro de los guitarristas clásicos que reivindica haber utilizado un 'overdrive' antes de la grabación de "Don't Worry". A mediados de los años cincuenta un técnico electrónico le hizo un pequeño previo a transistores, del tamaño de una cajetilla de tabaco, que utilizaba para saturar la entrada de su amplificador a válvulas. 
Como podemos observar, por aquellos entonces los músicos tenían que buscarse la vida para añadir algo de originalidad y frescura a sus grabaciones. Hoy en día disponemos de decenas de pedales que reproducen aquellos sonidos vintage y otros más contemporáneos. Muchas de aquellas viejas cajas de 'fuzz' se han reeditado y nuevos fabricantes han aportado multitud de distorsiones al mundo de la música.

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